JORNADA LABORAL DE 12 HORAS.



Cada día, el despertador anuncia el comienzo de una aventura siempre igual, y siempre diferente,
Tirano implacable, suena igual, sin importar si pasaste mala noche, si tuviste pesadillas, o cólicos intestinales, o cistitis, o si te desvelaste pensando en los acontecimientos del día anterior, o en algo que quedó pendiente del trabajo, o algún problema de difícil solución. Suena igual, anunciando que las 12 horas de jornada laboral comienzan.
En realidad, son muchas horas más.
El tiempo se cronometra con exactitud mientras preparamos las viandas, nos vestimos, nos peinamos, y despertamos al resto de los habitantes de nuestra casa .Esa casa, que abandonamos con las primeras horas del día y que volveremos a ver ya entrada la noche.
Ser madre, hoy, es una experiencia por momentos frustrante, llena de sobresaltos, de temores, de dudas, de culpas, aunque no deje de ser la más completa y la mejor de las experiencias.
Corremos de un lado a otro reponiendo" tuppers" perdidos, útiles rotos, comprando regalos de cumpleaños para invitaciones que aparecen como por arte de magia sobre la mesa, cocinando a las 9 de la noche "meriendas caseras" que fueron decididas de un día para el otro por una maestra que, ella también, tendrá sus 12 horas o más de jornada laboral y no puede ponerse en el lugar de las 20 madres de la clase...Una hace el esfuerzo, pero la rabia desborda a veces.
Las exigencias y las presiones aparecen como malezas imposibles de combatir , en medio de un jardín que desearíamos, fuera perfecto, armónico donde la naturaleza hiciera su trabajo en silencio y sin ayuda .Pero no, nuestras hermosas y amadas plantitas nos necesitan...y luego de 12 horas, hay que estar ahí, al firme, regando, sacando malas hierbas, abonando.
Sentimos que vamos improvisando. Como si fuésemos aprendices torpes de un taller de costura y nos dieran a cortar la tela más preciosa del mundo. Sin instrucciones, sin maestros, sin un manual.
Nadie puede saber cuál será el producto final. Nadie. Sólo hacemos lo que el instinto y el sentido común nos dicta, y nos esforzamos por leer a los sabios y tratar de aplicar todos sus consejos...Aunque, al final del día, luego de 12 horas de jornada laboral, y unas más de ultimar detalles, mientras compartimos la lectura de un libro, o una charla íntima, la expresión amorosa de esas caritas amadas, sea la única certeza que nos llevamos a la cama...hasta que suene de nuevo el despertador.

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