LOS VACÍOS.



Una relación fallida, un trabajo terminado, una amistad frustrada, pérdida de empleo, pérdida de seres queridos, los hijos que crecen, un embarazo interrumpido, un amor que no aparece, el reloj biológico que dio su último tic-tac, diferentes fuentes de vacíos.
Todos lidiamos con vacíos.
No todos los vacíos son para ser llenados.
Nos entrenan para evitarlos, para esconderlos, para saciarnos con cosas o con vivencias que no nos nutren ni nos aportan en absoluto.Nos entrenan para negarlos, para ignorarlos.Por eso andamos por la vida sintiéndonos incompletos y miserables cada vez que sentimos LA FALTA. Como si la FALTA fuera una enfermedad a curar.

Andamos por la vida buscando metas y objetivos a cumplir, con tal de no mirar el agujero interior.
Pero por algo existe. Algo señala, algo nos muestra.
Lo llenamos con comida, con relaciones, con alcohol, con drogas, con trabajos, con viajes que no disfrutamos, con fiestas que no celebramos, con logros académicos que sólo suman más diplomas.
No reconocemos la diferencia entre "tener" vacíos y "estar" vacíos.
La mayoría no lo estamos.
Esa es la verdad.
La gran mayoría de las personas no estamos vacíos.
La mayoría de las personas escapamos del miedo a estarlo y no sabemos como convivir con esa falta.
No hay recetas.
Solamente quedarse quieto y reconocerlos, experimentarlos, transitarlos sin salir corriendo a anotarse en un gimnasio, o comprar un kilo de masas, o aceptar la invitación de la primer persona que se nos acerque, o tomarnos un vino, fumar un porro, jalarse una línea o comprarse tres pares de zapatos.
Los vacíos son balance y silencio interior. Nos dicen que nos falta algo, que no somos perfectos, ni completos, ni todopoderosos.
Los vacíos nos recuerdan que siempre habrá algo que no tenemos , que deseamos y que nos hará levantarnos cada mañana, no como el burro y la zanahoria sino como aquel que sigue una luz y se permite ser consciente de cada parte del camino.

Si estamos sin pareja es eso:sin pareja, no solos.

Si estamos sin empleo, es eso: sin empleo, no sin trabajo.Aprendamos algo nuevo, reflotemos nuestros conocimientos empolvados, pongámonos al día, arriesguemos y trabajemos .

Si ya no hay tiempo para embarazos pensemos seriamente si lo que queríamos era un embarazo o lo que deseamos es maternar. Hay un niño esperando a alguien con fuertes deseos de maternar.

Si una amistad se frustró, tal vez cumplió su tiempo y su ciclo.Hay amigos que nos acompañan todo el camino y otros solo un trecho.

No podemos leer eternamente el mismo libro, todo tiene su fin.
Cuando cerramos un libro, se abre un vacío y una añoranza, y , si nos damos tiempo y nos quedamos tranquilos y quietos con nuestra falta, tarde o temprano vamos a descubrir para qué está ahí.
Paciencia y balance.
Sin apuro, que no nos corre nadie.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

PLOMO EN LOS ZAPATOS.