PLOMO EN LOS ZAPATOS.

LA VIDRIERA.

Es una enorme vidriera, esto de las redes sociales. Una vidriera atractiva o fea, dependiendo del gusto del diseñador.

Mostramos en esa vidriera mucho de nuestra vida y nuestros sentimientos, pero, también, mucho de lo que no nos atrevemos a expresar cara a cara.

Nadie escapa a esa tentación.Después de todo, somos humanos.

También es difícil escapar a la seducción de los "me gusta", los "me encanta" y diversos emojis de todos tipos y colores mostrando emociones grandilocuentes.

Todos queremos agradar, todos queremos ser aceptados, todos queremos que nos vea alguien y nos acerque una señal que nos reconforte.

Nos cuesta estar solos, nos cuesta mucho mirar hacia adentro, necesitamos aturdirnos y distraernos de lo que está en nuestro interior .

La psicoanalista junguiana, Clarissa Pínkola, habla de la importancia del ejercicio de la "soledad deliberada",definiéndola como ese estado que elegimos libremente, que nos aísla en un sentido constructivo , que nos permite tomar contacto con nuestros deseos y profundizar en nuestras emociones y hallar el camino para poder crear.

Si no creamos, morimos. Si no creamos la vida se vuelve una rutina insoportable, una repetición hasta el infinito de actos mecánicos, sin sentido.

La vidriera en la que nos exponemos a diario, puede ser un sitio carente de sentido, o puede convertirse en una ventana que nos permita explorar un mundo pleno de historias inspiradoras y espejos en los que podamos mirarnos sin sufrir, sin ansiedad, sin la necesidad compulsiva de ser aceptados y con la actitud reflexiva de poder descubrir como vivir más de acuerdo a nuestras expectativas y no a las reglas que imponen otros.

Las redes pueden ser una trampa, o pueden convertirse en una trama que nos conecte con otros semejantes o diferentes, pero que nos aporten contenido nutritivo a nuestro mundo interior.

Podemos convertir la vidriera en la que nos exponemos, en un balcón que nos permita asomarnos a un mundo más sincero y limpio. Después de todo: cada uno es libre de elegir dónde mirar, y a quien y siempre es posible aprender a distinguir lo real, lo valioso, bajo una pila de basura.
Probemos!!